Horacio Quiroga fue un cuentista, dramaturgo, poeta y narrador uruguayo, considerado como uno de los mayores cuentistas latinoamericanos y de la lengua castellana, así como maestro de la prosa vívida, naturalista y modernista.
Biografía
Horacio Silvestre Quiroga Forteza nació en Salto, Uruguay, el 31 de diciembre de 1878.
Hizo sus estudios en Montevideo, hasta terminar el colegio secundario. Estos estudios incluyeron formación técnica (Instituto Politécnico de Montevideo) y general (Colegio Nacional).
Vivió en su país natal hasta la edad de 23 años, momento en el cual, luego de matar accidentalmente a su mejor amigo, decidió emigrar a Argentina, país donde vivió 35 años hasta su muerte.
Mostró una eterna pasión por el territorio de Misiones y su selva, adonde se asentó en dos oportunidades y cuyo entorno trasladó a la trama de muchos de sus escritos.
Obras
Sus relatos, menudo retratan a la naturaleza bajo rasgos temibles, horrorosos, rodeados de enfermedad y sufrimiento para el ser humano, por tal motivo es muchas veces comparado con Edgar Allan Poe.
La jungla, el río, la fauna, el clima y el terreno forman el andamiaje y el decorado en que sus personajes se mueven, padecen y a menudo mueren.
Trató, además, muchos temas considerados tabú en la sociedad de principios del siglo XX, revelándose como un escritor arriesgado, desconocedor del miedo y avanzado en sus ideas y tratamientos.
Entre sus libros más importantes encontramos a:
• Diario de viaje a París (1900)
• Los arrecifes de coral (1901)
• El crimen del otro (1904)
• Los perseguidos (1905)
• Historia de un amor turbio (1908)
• Cuentos de amor de locura y de muerte (1917)
• Cuentos de la selva (1918)
• El salvaje (1920)
• Las sacrificadas (1920)
• Anaconda (1921)
• El desierto (1924)
• Los desterrados (1926)
• Pasado amor (1929)
• Suelo natal (1931)
• Más allá (1935)
Muerte
Horacio Quiroga murió en Buenos Aires, Argentina, el 19 de febrero de 1937. La vida de Quiroga, marcada por la tragedia, los accidentes y los suicidios, culminó por decisión propia, cuando bebió un vaso de cianuro en el Hospital de Clínicas de la ciudad de Buenos Aires a los 58 años de edad, tras enterarse de que padecía cáncer de próstata.